Diluir pintura ( de dedos, acuarelas...) en agua y dejar caer una gotita en un folio. Con ayuda de una pajita el niño/a debe soplar libremente y esparcir la pintura. Podemos repetir la operación con diferentes colores.
Es un ejercicio creativo, en el que experimentan con nuevas experiencias y que además ayuda al desarrollo del lenguaje ejercitando los músculos que intervienen en el habla. El soplo mejora la pronunciación
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